No pretendo defender a los sindicatos ni hacer alegatos a
favor de las manifestaciones (ni unos ni otras me “simpatizan”, como diría el
Chavo del Ocho), pero me parece tonto pretender sacralizar ciertas fechas.
Hace años (no muchos), en algunos lugares estaba mal visto
escuchar música festiva durante Jueves Santo y Viernes Santo. Es comprensible
que sea así para la gente que vive con intensidad sus sentimientos religiosos,
pero hoy en día no se entendería que ese criterio tuviese que ser aceptado
obligatoriamente por todo el mundo. En cambio, si alguien osa mancillar fechas
como el día de la Constitución o el 11-M haciendo algo que no sea lo que la
oficialidad ha dispuesto, ¡pobre de él!, será escarnecido por los políticos y
los periodistas.
No sería aceptable que alguien se colase con un equipo
musical de quinientos vatios haciendo sonar a AC/DC en una procesión de Semana
Santa, y tampoco debería consentirse que en la manifestación de los sindicatos
se digan cosas ofensivas sobre las víctimas del atentado del 11-M, pero si
estas cosas no ocurren, no veo el problema de dejar que se manifiesten, eso sí,
sin violencia, que luego llega la policía y todos lloriquean por lo malos que
son por dar un porrazo a los alborotadores.
1 comentario:
Pues sí, al fin y al cabo son solo fechas. Muchos cumpleaños también coinciden.
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