jueves, 8 de mayo de 2008

Don Antonio no sonríe

Don Antonio es un jefe al que no he visto nunca sonreír, aunque tengo que reconocer que tampoco lo veo mucho. Hace un año era menos jefe, pero tampoco sonreía y, además, se quejaba de todo y traía por la calle de la amargura a sus pupilos. Era especialista en despreciar el esfuerzo de los demás, sólo le importaba que el trabajo saliese a tiempo para evitar que su capacidad cómo líder se viese puesta en entredicho. Si alguien se dejaba la vida en el intento de sacar algo adelante y no lo conseguía, su esfuerzo no valía un pimiento, y el esforzado menos aún.

No sé si sería esa actitud la que le valió a Don Antonio para progresar en el escalafón, probablemente sí. Ahora no subyuga a cinco o seis personas, ya se alza orgulloso sobre varias decenas de pobres diablos. Nuestro protagonista debe de ser muy listo y no deja de dar órdenes y contraórdenes, de organizar y reorganizar… Es un trabajador incansable. Pero sigue sin sonreír.

Esta mañana ha descendido del “Olimpo” sigilosamente y, cuando ha entrado en el mundo de los mortales, que comienza en la planta baja, se ha encontrado con algo que le ha causado gran desasosiego: Uno de sus súbditos estaba entretenido con un vídeo de Youtube en su puesto de trabajo.

Don Antonio no ha dicho ni media palabra, ha ido a donde tenía previsto ir, ha hecho lo que iba a hacer y, cuando ha terminado con la tarea programada, ha regresado a su puesto, ha descolgado el teléfono y ha llamado al jefe de ese pobre infeliz al que ha pillado tomándose un respiro. No sé cómo habrá sido la conversación con su proveedor de carne de alquiler, pero me imagino que algo parecida a ésta:

Don Antonio- He visto que el recurso que se sienta en el puesto 123-A estaba solazándose visionando vídeos en horario laboral, así que no quiero que vuelva a aparecer por aquí nunca más.

Jefe de recursos cárnicos- Cómo lo siento, Don Antonio ¿No podemos hacer algo para remediar esta situación de un modo menos drástico?

Don Antonio- Te he dicho lo que tienes que hacer, así que ¡Hazlo!

Jefe de recursos cárnicos
- Como usted diga, Don Antonio.

La verdad es que no sé si el nuevo proscrito, y van tres en lo que va de año (por motivos diversos), es un jeta o, sencillamente, estaba esperando a que algún proceso se ejecutase o a que otro grupo le comunicase los datos con los que proceder a hacer unas pruebas, o que alguien le dijese lo que tenía que hacer. Las posibilidades son múltiples y ninguna sorprendente, pero Don Antonio tiene claro que quien ve vídeos o fotos, o lee correos personales o el periódico, o charla con los compañeros o, sencillamente, se ríe un poco en su puesto de trabajo, es reo de destierro.

Don Antonio no debe de ser consciente de la cantidad de tiempos muertos que, gracias al desbarajuste reinante en su gran empresa (a pesar de sus esfuerzos por dotarla de perfección divina), hay que afrontar con gran frecuencia.

No negaré que hay mucho caradura entre los súbditos de nuestro gran jefe, pero para acabar con esa lacra habrá que identificar a quienes, teniendo cosas que hacer y habiendo sido aleccionados para ello, se dedican a perder el tiempo con alegría y gozo o a hacérselo perder a los demás. La tarea no es fácil, pero hacer que paguen justos por pecadores no me parece una decisión adecuada para un habitante del Olimpo.

Supongo que el problema más grande con el que se encuentra Don Antonio es que no tiene amigos y que los que revolotean constantemente a su alrededor se empeñan en describirle una falsa realidad para que crea que sus tácticas surten maravillosos efectos, en lugar de decirle con total sinceridad que, de seguir por este camino de imposiciones absurdas basadas en el axioma de que el que más manda es el más listo, acabaremos dándonos un gran trompazo.

Don Antonio, si se digna usted a bajar al sótano en el que habitamos los desheredados de este mundo, podrá gozar del olor a humanidad con el que creamos hogar en esa zona desconocida por vuecencia. Sólo tiene que avanzar hasta el fondo del pasillo y, cuando vea una calva brillante, saludarme. Entonces yo le tenderé mi mano amiga y le contaré cómo son las cosas realmente. Tal vez entonces, a la luz de la verdad, vea las cosas de otra manera y deje de hacer las tonterías con que nos deleita últimamente y decida dedicarse a hacer otras más divertidas y que, por fin, le hagan reír.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Meteorismo Galáctico, hasta hoy miembro de nuestra empresa y trabajador incansable.

Me ha causado gran regocijo y satisfacción leer este post en el que explicas lo acaecido con el desde hoy ex-empleado de nuestra empresa.

Como doy por sentado que este post lo has hecho en horario laboral desde tu puesto de trabajo, he decidido que acompañes al compañero en sus nuevas aventuras por la empresa que te va a contratar (léase el INEM),...así que a la puta calle!!!!!.

PD: jajajajajajajajajajajajajajaja
jajajajajajajajajajajajajajajaja
jajajajajajajajajajajajajajajaja
jajajajajajajajajajajajajajajaja
jajajajajajajajajajajajajajajaja
jajajajajajajajajajajajajajajaja
.....
y JA!!!

Meteorismo galáctico dijo...

Don Antonio:

Acepto mi despido de buen grado, no por haber redactado mi bonita historia en horario laboral, sino porque consumo gran parte de mis horas de trabajo yendo a deponer a los pestilentes retretes del edificio para que no se pierda ese aroma tan característico que ya es un hecho diferencial e identitario de ese lugar.

Tengo un gozo en el alma ¡grande! por haberle hecho reír.

P.D.- Lo del "gozo en el alma !grande!" forma parte de una tonadilla parroquial que me encanta entonar, también en horario laboral, junto a mi simpática compañera de fatigas y cotilleos laborales. ¡Hay que ver lo que perdemos el tiempo en el trabajo!

Anónimo dijo...

Siento lo de tu amigo, dale mi telefono que en mi empresa estan buscando informaticos y nos dejan ver videos de youtube, nuestro correo y hasta chatear por msn, es relajado y los jefes son humanos. POr lo visto soy afortunada, asi gane poco dinero, gano mucho en comprension y compañerismo, que eso no tiene precio!

Meteorismo galáctico dijo...

Estimada Marisol:

Agradezco tu buena disposición para ayudar a los proscritos de Don Antonio, pero puedes estar tranquila, la proscripción sólo implica que dejan de estar en los dominios del gran líder proscriptor, pero nadie les despide de su empresa. En ella les asignarán otras labores o les realquilarán a otra empresa.

Las cosas no son tan terribles como pueda parecer tras la lectura de mi historieta. Realmente en nuestro entorno también hay mucha gente que hace lo que le da la gana con total descaro, lo que pasa es que Don Antonio no les ha pillado aún.

Jajaja dijo...

Tienes razón, Meteorismo, hay mucho don Antonio por ahí que se cree que es Júpiter Máximo, que fulmina con sus rayos vengadores a todos los transgresores de la ortodoxia laboral, y en realidad es un Vulcano cualquiera y se la están pegando bien "pegá'" a sus espaldas.

Raquel Márquez dijo...

Encantadísima, Meteorismo!

¿Cómo llegaste a mi blog? Me encanta que aparezca la gente y no saber cómo, pero luego empiezo a tener curiosidad y me carcomo toa, jeje.

Te pongo en mis links para pasarme por aquí a leer, que ahora voy a toda leche...

Saludos!

Anónimo dijo...

Hay gente que vive para trabajar y no trabaja para vivir . Creo que es el caso de Antonio , quitemoslé el Don.
Quiza fuera de la empresa no tenga una vida que disfrutar.
De todas formas adviertelé a tu compañero , que otra vez que ande perdiendo el tiempo en horas de trabajo tenga un poco mas de picardía.

Anónimo dijo...

Por desgracia gente asi hay en todos los lados.

Aqui en mi curro pasa lo mismo con mi jefe. Se cree que porque el haga 12horas diarias, las tenemos que hacer todos.

Esto no seria problema si los curritos hiciesemos frente comun contra esta clase de gente (creo que los faraones trataban mejor a los esclavos hebreos).

El problema (por lo menos en mi curro), es que hay mucho cobarde y/o pelota que no le importa lo mas minimo hacer las mismas horas (mas no porque el jefe no le deja, ya que debe ser él, quien haga el mayor nº de horas). Y claro esto crea una diferencia respecto al resto de la gente que hace sus 8 horitas diarias (algunos dias 9 o 10).

A mi por lo menos me pasa....

En fin, bendito país.

Raquel Márquez dijo...

Ya he leído la entrada con calma, aparte de contestarte un comentario larguísimo en mi propio blog, uf :)

Esos don Antonios son... no sé si universales, porque no he trabajado fuera, pero desde luego sí muy españoles. Yo trabajé de teleoperadora mucho tiempo y te llamaban la atención por hablar o leer una revista cuando a veces había cuarto de hora entre llamada y llamada... ¿A quién beneficia eso? ¡nunca lo entenderé! Internet directamente lo teníamos restringido, sólo podíamos ver la intranet de la empresa... Nos trataban como a niños. Si venías de la universidad o el instituto aún podías encajarlo, pero era de entender cómo se desesperaba la gente que a sus cuarenta o cincuenta, después de trabajos de más responsabilidad, o a veces después de toda la vida siendo un ama de casa reina de su territorio, se veía en una esquina con un teléfono y un ordenador y con los descansos medidos que ni en galeras... A mí me regañaron varias veces por coger más minutos de los cinco que había ¡para ir al baño! de cuando en cuando... Tardé mucho en aprender que esas reglas estaban hechas así porque se partía de la base de que la gente no iba a seguirlas. ¡La gente como yo que creía en las reglas vivía en tensión!

Meteorismo galáctico dijo...

Raquel, tienes razón en eso de que se dictan multitud de normas, leyes y reglas a sabiendas de que casi nadie las va a cumplir. En el entorno laboral existen tres tipos de personas en función de cómo se posicionan frente a las reglas:

1-Los que las acatan a rajatabla (pobres diablos).
2-Los que simulan que las acatan (especialistas en estar en el lugar apropiado en el momento justo).
3-Los que pasan de todo y hacen lo que les da la gana (estos suelen vivir de miedo).

La verdad es que no tengo claro en qué grupo me podría poner yo, tal vez haya estado en todos ellos en alguna ocasión o, quizás ocurra que voy saltando de un posicionamiento a otro (¡qué bonita palabra la de “posicionamiento”! ya me queda menos para poder ir a cualquier tertulia radiofónica a decir sandeces, pero hasta que llegue ese día, me conformaré con decirlas en mi blog y en los vuestros).

Carlos García R. dijo...

Admirado Sr. Galáctico,

Soy Don Antonio, pero me estoy haciendo pasar por un ser de nivel superior como este para mostrarme más amable a sus ojos.

No puedo dejar de sentirme obnubilado por los ambientes selectos que frecuenta, y por las doctas amistades con las que comparte sanas y enriquecedoras tertulias.
Estoy realmente impresionado. Nunca hubiese podido imaginar que un empleado mio tuviese tales virtudes ocultas.

Ante esta situación, no tengo más remedio que ser consecuente conmigo mismo y...

Despedirle definitivamente!!!!!!

Meteorismo galáctico dijo...

Estimado Don Antonio disfrazado de ser superior:

Le recomiendo no despedir a su más valioso activo. Expulsar a este que escribe sería la tontería más grande que podría hacer (¡y mire que es usted especialista en hacer bobadas!). Dejaré a un lado mi falsa humildad y le diré que soy de los pocos empleados de su gran equipo capaz de sacar adelante casi cualquier sandez que a usted se le ocurra. Soy especialista en hacer de todo y no necesitar a nadie y, además, no dejo pelos en el teclado ¿Se puede pedir más?

Para ser justos, diré que también soy de los que más tiempo pasan en el retrete, pero eso contribuye a mantener una salud envidiable porque ya sabe usted que: Quien caga a diario, muere centenario. Me acabo de inventar ese refrán, pero es tan bueno que seguro que acaba pasando a los “anales” de la historia de los refranes.

Y ahora, si se atreve, despídame.

Raquel Márquez dijo...

Jajaja, "quien caga a diario muere centenario"...

Yo creo que estamos todos ya para cualquier tertulia, sí.

Anónimo dijo...

Kuko no me hagas hablar: fiestas y comilonas (rebujito incluido) en horario laboral, os regalan muchos dias de vacaciones al cabo del año aparte de tus 22 dias, etc etc etc no te hagas el martir.

:)